“¿Quieres pasarte el resto de la vida vendiendo agua azucarada o quieres una oportunidad para cambiar el mundo?” Esa fue la pregunta que hizo Steve Jobs a John Sculley, directivo de Pepsi, justo antes de conseguir que dejara su puesto para convertirlo en directivo de Apple.
No sabemos si se debe a la creatividad de Jobs, a las dotes sociales de Mark Zuckerberg o a la innovación de un jovencísimo Evan Spiege los que en parte han conseguido crear un cambio en la manera de ver la tecnología en nuestra sociedad.
El sector del lujo se ha tenido que adaptar a estos cambios en un tiempo record, entendiendo los nuevos hábitos de consumo de sus clientes y realizando una trasformación que va mucho más allá de la inclusión del comercio electrónico en sus canales de venta, afectando a la totalidad de la cadena de valores de la compañía.
En aras de adaptarse a esta nueva realidad social las compañías dedicadas a la venta de bienes de lujo deben poner al cliente en el centro de su negocio, entendiendo sus necesidades y deseos y manteniendo un constante diálogo con ellos. Estos nuevos consumidores se caracterizan por haber digitalizado tres aspectos esenciales de su vida: la forma de comunicarse -por WhatsApp-, la forma de relacionarse –Facebook- y su identidad, que queda definida por Linkedin.
Ante la pregunta, ¿qué deben hacer en un futuro próximo las firmas de lujo para aportar un valor diferente al mercado entendiendo cada una de estas necesidades? 5 son las claves:
Sólo aquellas empresas que se animen a introducir estos cambios en sus próximos planes estratégicos de marketing y comunicación se convertirán en empresas competitivas.