En diversas ocasiones hemos hablado del creciente poder que están adquiriendo los usuarios de redes sociales, llegando incluso a superar el poder de las marcas y empresas que tienen perfiles digitales. Cada vez más los usuarios muestran mayor confianza y credibilidad hacia las fotos y contenidos publicados por usuarios independientes que por los que publican las firmas oficiales.
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Según un estudio de L2 Digital, un 59% de los usuarios confían antes en contenidos generados por otros usuarios que por lo que ven en banners (19%) o en la página oficial de la firma o empresa en cuestión (49%). Este estudio eligió como muestra a casi 900 jóvenes que demostraron creer más en la opinión de una persona a la que, de alguna manera, admiran y se aprecia la desconfianza hacia la publicidad convencional.
Estas personas son los denominados influenciadores e it girls, este termino inglés hace referencia a esas chicas que tienen “algo” (it) que las hace únicas o especiales, algo innato que atrae a un gran numero de personas. Por eso, el hecho de seguir a una persona en las redes sociales está más relacionado con la empatia y la seguridad o autoridad que te transmite que por las marcas que viste o la ciudad donde vive.
Los Millennials, esa generación que está revolucionando los standards de la comunicación y del marketing, confía más en las fotos de los usuarios que en las publicadas en anuncios en cualquier medio, ya sea televisión (34%), radio (37%), prensa escrita (44%) o digital (40%). Aún así siguen confiando, por encima de las opiniones de influencers, en las opiniones de profesionales de la industria (64%) como es el caso de Anna Dello Ruso que por su trayectoria profesional y su experiencia en el sector se han ganado el reconocimiento y el respeto de esta generación. Su opinión puede, incluso, llegar a marcar el éxito o fracaso de una colección.
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La mayoría de estos influenciadores y creadores de tendencias tienen perfil y se comunican a través de su perfil en Instagram, la red social que más valor tiene actualmente en cuanto a repercusión y posicionamiento digital, por encima de Pinteres, Twitter e incluso Facebook. Es por esto que se está convirtiendo en una práctica habitual para las marcas incluir fotos de usuarios en las galerías de sus páginas web, anuncios, emailings, campañas de publicidad y perfiles oficiales de redes sociales con el fin de contrarrestar esa desconfianza y atraer a los usuarios más independientes.
Independientemente de que las marcas aprovechen la fuerza de los influenciados digitales, que puede llegar a ser beneficiosa pero no siempre, están perdiendo grandes oportunidades para fidelizar a sus consumidores y convertir las visitas en clientes comprometidos al no adaptarse al fenómeno de las shoppable pages or images que permiten al usuario comprar directamente desde una foto de Instagram o un vídeo en Youtube.